Horrorisa fascinación del horror

A Xochimilco se la conoce por sus trajineras, embarcaciones donde los locales suelen pasear a los turistas por los Canales de agua.
Es una de las delegaciones del Distrito Federal de México, con una población de más de 400 mil habitantes, alegre, colorida; sus orígenes son prehispánicos, con una fuerte identidad debido al sometimiento por parte de los mexicas, durante el siglo XV; fue fuente de alimentos para la ciudad principal, lo que generó un fuerte comercio por la facilidad de trasladar los productos mediante los canales, y la bonanza de la zona.
Actualmente su población es heterogénea, mezcla de pueblos originarios y conserva los rasgos de la cultura tradicional.
La zona Lacustre, forma una importante reserva natural, Xichimilco, de interés turístico importante cuenta con apoyo para su mantenimiento y conservación del entorno.
La Unesco declaró las chinampas de Xochimilco como Patrimonio cultural de la Humanidad. Las chinampas, es un método de agricultura en balsas con armazón de troncos y varas que se aprovecha sobre la superficie de los lagos, ampliando el espacio de siempre y aprovechando las condiciones de humedad.
Flores y verduras son de excelente calidad, los materiales que se aprovechan los provee el propio suelo, hojarasca, cáscaras y restos de frutas son el mejor compost natural para los cultivos que hacen famosa a la zona.
La técnica, con origen Tolstecas, siglo XIV, se mantiene hasta la actualidad.
En este particular paraíso, aprovechado por los turistas para pasar un día con música, comidas típicas y en entorno natural maravilloso, cuenta con una peculiar isla que invita al silencio.
Ruidosa por el aporte canoro de Mariachis, matizado con olores y color, se encuentra la isla de las muñecas.
El efecto es confuso, fascinante y negativo a la vez; con un bello marco verde, bañado de luz, la decoración de muñecas, desmembradas, quemadas, destrozadas, son un muestrario de horror que deja estupefacto al más calmo.
No se puede evitar el espectáculo hipnótico. La leyenda dice que el dueño de la isla solía recolectar muñecos de la basura y los colgaba rodeando la isla para espantar el espíritu de su mujer que murió ahogada y de la cual comenzó a escuchar lamentos.
Las especulación no deja fuera la idea que quien escucha lamentos de un muerto es posible causante de su muerte, la culpa tiene muchas caras.
Sin embargo, estar rodeado de una monstruosidad multiplicada de muñecas en tales estados, no puede ser mejor que escuchar lamentos.
Los turistas solemos contemplar el espectáculo con un estremecimiento pocas veces experimentados. Algunos dicen que la isla tiene un record por ser uno de los lugares más tétricos del planeta.
La construcción del horror vehiculizado por un juguete que produjo alegría a infantes, en el medio de un paraíso de colores, alegría, olores, no deja de ser paradójico.

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Ana Abregú.

Autor:Turista